MILES DE VIDAS – P15

Al día siguiente la junta de amigas se reunión a tomar onces en el sitio de costumbre. Laura llegó con una sonrisa de oreja a oreja, a que todas respondieron con cara de incredulidad.

Es que uno cuando está enamorado no piensa, dijo Daniela de primerazo
Bah!!! es que usted es una envidiosa, argumentó Agustina en defensa de su amiga
Me van a dejar hablar, o no? Réplicó la directa implicada.

Laura contó, ante los ojos impávidos de sus amigas. No podían creer todo lo que Laura les contaba. Preguntaban por Valentina. Por las actitudes de Danilo. Por todo. Era algo así como un giro dramático en el «chisme del año», que nadie esperaba. Todos creían que el tema entre Lau y Dany, estaba clausurado y que era cuestión de tiempo. Pero no… todo estaba patas arriba de nuevo.

Cuando habían superado el tema de la narración de los hechos y entraban en el análisis, sonó el cel de Laura. Valentina decía la pantalla.

Hola!
– Hola. necesito hablar contigo, es urgente. Puedes ahora?
– Estoy con mis amigas, puedes esperar hasta mañana?
– No. es demasiado urgente.
– En una hora nos vemos en tu casa.

MILES DE VIDAS – P14

Mientras iba en el taxi envió un SMS a todo su grupo de amigas, para citarlas a almorzar. Menos mal no tenía guayabo. Todas respondieron positivamente, excepto Laura, quien llevaba desaparecida desde la noche anterior. A Agustina le preocupaba la situación de su amiga, sobre todo después de la situación tan jarta en la que la puso la última vez que se vieron.

Qué hora es?
– Van a ser las 11. Nos asustaste!!!!
– A ti y a quien más?
– A Valentina
– Cómo así?
– Ayer nos conocimos y hablamos de todo lo que viene pasando. Yo te dejé aquí inconsciente, dormido y me fui a hablar con ella. A aclarar todo. Y la verdad no paro de llorar.
– Pero de qué hablaron?
– Eso es lo de menos. Lo que nos toca ahora es entrar a solucionar nuestro tema. Ya ambos hemos tocado fondo: yo, tratando de vengarme de ti y tu humillándome a cómo de lugar. Creo que cometimos muchos errores, pero el peor , al darnos cuenta de que no podías perdonarme, fue habernos quedado en este juego, que solo nos hace daño. Hoy creo que hemos debido alejarnos, y dejar que el tiempo nos ayudara a superar todo, a buscar un nuevo rumbo. Pero nos quedamos en el peor de los mundos.
– Yo sé y te entiendo.
– Parece que no entendieras. Por todos los medios te pedí perdón. Sí, es cierto, me acosté con otro. Sí es cierto, estaba ebria. Sí es cierto, que la cagué, también es cierto. Pero cuánto más te tengo que rogar?
– Es que tampoco hiciste nada por cambiar, Laura. Seguiste bebiendo, y chupeteándote a de cuanto tipo de aparecía.
– Era mi forma. de Ver si te olvidaba. Equivocada, sí. Pero tu no intentaste ni siquiera darme una segunda oportunidad. Tu ni quisiste escucharme. Solo me maltrataste. Solo me humillaste.
– Entiende que yo me moría por dentro.
– Has podido decírmelo. Has podido intentar hablar. Sacar toda esa rabia que tenías por dentro.

Hablaron y hablaron y hablaron. Analizaron todo, incluso el tema con Valentina.

«Lo siento mucho. Lo último que quería era hacerte daño. Cuando quieras hablamos. Si te parece podemos ser amigos. Un abrazo. Danilo» Fue el mensaje de texto que salió de su teléfono. «Tranqui, Danilo, todos pasamos por momentos que no sabemos manejar. Yo perdono. Y te perdono. Café la otra semana?»

Mientras Danilo enviaba el mensaje que acordaron mutuamente, Laura revisó su celular y encontró cientos de mensajes sus amigas preocupadas. Ay, las chicas!!! Marcó a Agustina. No te preocupes. Estoy bien. Con Danilo, sí. No tranqui, todo en orden. Y Tú. Cómo vas? No!! no… ni me digas!!! Y no puedo ir a almorzar hoy con ustedes. Pero mañana fijo. Un beso y te quiero. Y ya sabes… cero regrets!

Danilo le mostró a Laura el sms de respuesta. Siguieron hablando, ya no del pasado, sino de cosas más cotidianas.

No me tomo un trago desde la última vez que vine a tu casa
– Uy, ese día!!
– Sí!!!

Laura se acercó a Danilo. Le agarró la cara y le dio un beso. Destilas alcohol! Y rieron juntos, como solían hacerlo meses atrás. Se abrazaron y durmieron el resto de la tarde. No hubo sexo de reconciliación. Solo un eterno abrazo

 

Miles de Vidas – P13

En medio del caos de la noche y la madrugada, Laura no alcanzó a ver el sinnúmero de llamadas de parte de Agustina, quien había quedado en un errumbe anormal en el bar de moda, luego de la mejor amiga partiera. Agustina estaba sola ese día. Ningún date había aparecido. Pero se la gozaba. En medio de la noche, y de los tragos, una nena la abordó. Ella, en medio de su inocencia, le charló, se contaron historias, fumaron, bebieron y de repente, «Me pareces divina». Agustina tomó esa frase como un cumplido de una mujer segura de sí misma, que no teme aceptar la belleza de otra. «Hace rato que no me decían algo similar», bromeó en respuesta.

El bar, como buen sitio de moda, a medida que pasaban las horas, estaba cada vez más lleno. Era imposible ir al baño, o incluso alcanzar la barra para pedir una botella de agua, o hielo. Así que el tragó comenzó a entrar puro, en shots más grandes de lo normal. Agustina y su nueva compañera de rumba, Andrea, sudaban. Y no les importaba el calor del sitio, bailaban y trataban de mantener la distancia, a pesar de la cual, Tina comenzó a sentir el olor de esa otra mujer, algo mayor que ella… y no le pareció menos que delicioso.

No pudo reflexionar mucho sobre la sensación que sintió al hablarle al oido a Andre sobre cualquier banalidad, cuando sonó una canción, que ambas calificaron al tiempo como «La canción más sexy del mundo?» Se regaron en carcajadas, mientras cada una comenzaba a moverse al ritmo de la canción.

Una en frente de la otra movían sus caderas de un lado a otro. Comenzaron a seguirse el ritmo. Andrea se fue acercando. Tina no se alejó. Al son de la música y de sus pieles mojadas por el sudor, la respiración se fue agitando. Llegó el punto en el que bailaban como un solo ser. Andrea tenía sus brazos sobre los hombros de Agustina, mientras esta iba rodeando su cintura. En este momento ya todo era un asunto de ganas, o pudor. Y claramente las primeras vencieron al segundo. En el instante que la canción terminaba, los labios de las dos recien conocidas se juntaron.

Algo hizo click en Agustina, quien nunca había besado a una mujer. Y Andrea sintió que quizá, esta vez, quizá, las chispas eran reales.

Se escabulleron del bar sin que nadie lo notara. Agarraron el primer taxi y fueron a la casa de una de ellas.

Eran casi las cuatro de la mañana. Andrea dormía y Agustina entendía lo que pasaba, pero se aterró. Buscó su ropa y marcó insistentemente a Laura. No obtuvo respuesta. Optó por enviar un sms «Lau!!!!! Need you… me encamé con una nena!!!! Call me!

Le pareció demasiado peligros llamar un taxi a esa hora, sin saber ni siquiera la dirección exacta ni el teléfono de donde estaba. Al no ver solución ni amiga a la vista. Se volvió a acostar al lado de esa mujer de espalda perfecta.

Miles de Vidas – P 12

“Mi corazón no resiste. El amor me duele. Me duele el pecho y siento que no puedo, ni quiero respirar… ¿a qué horas perdí el control de mis sentimientos y de mi vida? ¿A qué horas perdí el rumbo? ¿A qué horas te perdí Laura?” decía la nota a su lado, con sus últimos pensamientos desesperados antes de caer muerto de la borrachera.

Laura, entre lágrimas le pidió a Valentina que la ayudara a bañarlo a ver si se recuperaba. No podía dejar de llorar. Le dolía mas que su vida verlo derrotado, igual que ella, por el amor. El amor, un mismo amor, el amor de los dos, los tenía consumidos en el desasosiego existencial a los dos. Realmente se amaban pero realmente no podían estar juntos.

Danilo no se daba por enterado de la realidad mientras sus últimos amores intentaban que reaccionara. Mientras lo bañaban, cambiaban, le daban una bomba y lo acostaban, el par de mujeres hablaban.

Laura lloraba desconsolada e intentaba explicarle a Valentina que después de ese día, donde Danilo la pillo borracha con el ex novio, por el que no sentía absolutamente nada, la vida de ellos dos había empezado a andar más despacio como cuando se extraña a un amor. Cada uno caminaba solo pero los dos se querían acompañar. Los dos se amaban, se necesitaban, sentían que eran el uno para el otro y eran verdaderamente felices juntos.

Laura lloraba más y mas, decía que había hecho todo para que Danilo la perdonara, pero nada era suficiente y nada nunca lo seria. Lo había llamado, lo había buscado, le había escrito, le había demostrado, había esperado. Pero Danilo cada día la amaba más y al mismo tiempo la repudiaba más. El sabía que era la única mujer que lo hacía y haría feliz, pero por más que quería no podía perdonarla. El daño estaba hecho y la herida era imposible de sanar.

Cada tanto por cosas de la vida se encontraban, eran felices, se amaban, se divertían, volvían a sentirse vivos hasta que él se iba. Se alejaba y ella, Laura, lo volvía a perder. Y todo empezaba otra vez: extrañarse, pensarse, evitarse, odiarse… hasta el próximo encuentro. Y así se la habían pasado.

Laura siguió llorando hasta quedarse dormida. Valentina se fue. Danilo despertó y ahí la vio. A la que amaba cuando tenía cerca pero que repudiaba por los recuerdos, cuando estaban separados.

Miles de Vidas – P 11

Laura llegó a la casa de Valentina, se saludaron con la prevención de saludar a otra arpía. Valentina la invitó a seguir y le preguntó si quería tomar algo. Eran cerca de las 3:30am y no eran horas para andar por la calle, pero aún así Laura se arriesgó y estuvo allí para hablar del único tema que tenían en común: «Danilo». Laura le preguntó a Valentina por qué le había terminado así. Ella respondió «Por tí» y soltó una risa pícara. Laura se asustó y pensó «ahora la barbie salió lesbiana, lo que me faltaba» y Valentina continuó «lo que pasa es que la noche que nos conocimos no me pareció justo todo lo que Danilo te dijo y te hizo» lo que Valentina no sabía era el motivo por el cual Danilo le había hecho esto a Laura.

Laura se moría de amor por Danilo, y a pesar de haber encontrado ya la calma por el rompimiento de su relación, no dejaba de afectarla verlo así. El pobre estaba destrozado, vuelto mierda, restregado por el piso y sin una sola de las oportunidades que le pedía a Valentina. Danilo había proyectado esa relación que fracasó por un increíble error de Laura en la relación que había iniciado con Valentina, lo que él no había analizado era que todo este sufrimiento no era por Valentina como tal sino por Laura, a quien no había dejado de amar y por quien aún se moría. Todas sus lágrimas, todos sus recuerdos, todos esos malos tratos que le había causado a Laura hacían eco día tras día en su mente y en su corazón y ahora lo que él no sabía era como remediar el error de estar con una mujer hermosa como Valentina, pero víbora como ella sola. Su sufrimiento lo carcomía y le quitaba cualquier intento de valentía que pudiera tener.

Esa madrugada no terminaba, Laura le comentó a Valen toda la historia de cómo Danilo la encontró entre el carro de otro, con los calzones abajo y haciendo algo que el trago le había impedido manejar. Ella no quería pero el alcohol la manejaba por completo. La ira de Danilo no se había hecho esperar y por eso buscó ese clavo que le sacara el pasado. Gran error. Valentina apareció en su vida y lo único que le había traído había sido sufrimiento.

Su único error, el único que cometió Danilo fue amarla y no poder olvidarla.

Laura amaneció en la casa de Valentina, habían analizado la situación la madrugada entera en esa sala. Por lo pronto ellas habían podido entender un poco más de lo que por el corazón de Danilo pasó todos esos meses en los que su vida se había vuelto un mierdero. El obró por ira contra Laura pero Valentina tomó parte de una pelea que no debió involucrarse y ni siquiera tenía por que asumir que todo esto que Danilo hacía era por perro o por ser un simple «hijueputa» pues él siempre había actuado consecuente con sus valores.

Juntas decidieron llamarlo a media mañana, querían hablar con él de una forma madura y adulta. Le marcaron una y dos veces, a la tercera ya las comenzó a preocupar, el no era de los que se hacía el digno y no daba la cara. Arrancaron de inmediato para su apartamento, juntas tenían un mal presentimiento de todo esto…

Cuando llegaron vieron que el carro aún estaba en su parqueadero, subieron y con los nervios de puntas no paraban de apretar el botón del ascensor para que subiera más rápido de lo normal hasta el piso 7 en el que Danilo vivía. Salieron del ascensor y corrieron hacia la puerta del apartamento, Laura aún conservaba la llave de su apartamento. Entraron apresuradas y lo que estaban presintiendo juntas se hizo realidad frente a sus ojos. Una nota escrita a mano, como pocos escribimos hoy en día, sobre la cama con sus últimos pensamientos, con sus últimos sufrimientos y esos feos sentimientos de desespero y soledad…

Miles de Vidas – P 10

Laura colgó el celular y volvió a entrar al bar a avisarle a sus amigas. Ella era la conductora elegida de ese día, así que solo había tomado jugo de fresa toda la noche. Chicos, Danilo está ebrio en la inmunda, terminó con la novia Barbie y me llamó. Me voy a rescatarlo en el carro. No dejó que nadie dijera nada. Tranquilos, yo sé prefectamente lo que hago.

El corazón le palpitaba muy rápido, como que se le quería salir del pecho. Su alma se dividía en dos: el deseo de venganza  y una lástima infinita. Llegó al sitio indicado por Danilo. Le llamó la antención lo horroroso del antro. Hasta donde ha caido este hombre, pensó. Le dijo al señor de la puerta que le cuidara el carro, que salía enseguida.

No tuvo que esforzarse mucho para encontrar a Danilo tendido sobre una mesa, dormido. Preguntó al mesero si ya había pagado, para ver cómo proceder. Se acercó, le dijo al oído: «Dany, vámonos». El personaje medio se movió y solo atinó a decir: «Valentina?» «Hombre, que NO!!! Valentina de dejó, por otro!! En este momento la debe estar clavando quien sabe en qué motel, y tu aquí sufriendo por ella. A ver!! Levántate. Te vi!!!

Dio la vuelta a todos los canales más de 10 veces. Se fumó casi un paquet de cigarrillos entre la cama. Intentó ver esa peli que simpre la animaba. Solo le daba y le daba vueltas a la escena. Se sintió realmente amenazada. Y claramente ese no era el rumbo que ella quería tener. Pensó en que debía cambiar su existencia, porque tanta venganza, solo trae cosas malas.

 Llegaron al apartamento de Danilo, quien durmió todo el camino a su casa. Como pudo lo bajó del carro. Casi que le toca cargarlo. A empujones lo metió en el ascensor. Lo ayudó a quitarse la ropa, lo acostó en la cama. Revisó que todo estuviera completo: celular, billetera, llaves, papeles.

Tuvo el celular en sus manos y le ganó la curiosidad. Buscó: Números marcados: el de Valentina y el de ella. Buscó: mensajes de texto: Val Tu sabes que te amo. Perdóname. Enviado hacía las 7 de la noche. Val, por favor, contesta. Lo siemto. Enviado a las 11 de la noche, justamente antes de llamarla a ella a decirle que la quería. Qué se defina, looser.

Sin pensarlo dos veces, agarró su aparato y marcó el número de Valentina. Uno, dos, tres veces timbró y colgó. Revisó en la casa que todo estuviera en orden. Dejó una nota que decía Dan: espero que el guayabo no te mate. Lau. Y salió del apartamento. Cuando iba en el pasillo, sonó el teléfono.

aló?
– Con quién hablo?
– Con Laura, la ex de Danilo. Qué pena haberte llamado, pero…
– Tranquila, dónde estás?
– Saliendo de la casa de Danilo, que me llamó cagado de la perra en un chuzo de mala muerte. Lo dejé en su cama y me voy a la mía. Por qué?
– Deberías venir a mi casa  y hablamos?
– Listo cuál es la dirección?
– Te la mando en un sms

Miles de Vidas – P9

Para Valentina los hombres no merecían nada más que su uso. Disfrutaba mucho verlos sufrir por ella. Tal vez nunca le había pasado algo tan cercano a la violencia como con Danilo, pero sabía que era una posibilidad por ser tan perra como se propuso ser. Además desde que supo que él era presa fácil, no iba a descansar hasta verlo arrodillado por ella. Todos los hombres son unos malditos perros y como tal deben ser tratados, se decía una y otra vez, antes de salir con alguno.

Tan pronto Danilo salió sintió que gracias a ella otra vida se había destrozado y francamente le tenía sin cuidado. Le importaba un pepino lo que cualquier «perro de esos» sintiera. Salió al balcón y, aún con las manos alteradas por el susto, encendió el primer cigarrillo. A pesar de que era su objetivo, nunca había visto a alguno sufriendo tanto, nunca había visto a nadie tan enamorado de ella. Se le veía en los ojos. Todo eso la hizo recordar aquella frase que alguna vez le dijo Diana, su mejor amiga: «Es mejor estar con el que te ama, que con el que amas. Al final te vas a enamorar y serás tan feliz como no imaginas». MIERDA! A qué hora me pasó todo esto???!!! -Por su mente pasó de nuevo aquella reiteravita imagen, cuando encontró a su novio en la cama con otra – MALDITO JOSE LUIS!! POR TÍ ES QUE ME VOLVÍ ASÍ.

Miles de Vidas – P8

Valentina era una princesa en apariencia. Hermosa y bien puesta. Pero de dientes para adentro no era más que una mente maquiavélica. Un día en su vida se juró nunca jamás sufrir por un hombre y que todos ellos morirían por ella y con su sonrisa y buenas maneras, lograba su objetivo. Su nueva víctima era Danilo. Era perfecto para su juego. Venía de una relación nada fructífera y se encontraba vulnerable.

Conquistarlo fue fácil Y ella se ufanaba de ello. «Se muere por mí y eso que he hecho el mínimo esfuerzo. Es taaaan promedio», siempre decía a sus amigos entre tragos y charlas. Danilo habría hecho cualquier cosa por ella, era cierto, incluso hasta llegar a humillar a un ser humano, como lo hizo con Laura. Y fue precisamente ese día cuando todo se comenzó a reventar.

Valentina realmente sintió temor de esa persona con la que salía y que parecía no reconocer en esas circunstancias. Ese sábado, al ver la escena, la solidaridad de género se disparó en ella y aunque no conocía a esa ex que llamaba ebria después de la media noche y a quién debía odiar por eso, sintió que debía tomar cartas en el asunto.

Comenzó su plan de venganza silenciosa. Activó sus redes de conquistas, y comenzó a restregárselas en la cara a Danilo. Contestaba llamadas coquetas, salía con uno y con otro a planes «inocentes» como tomar un café o ir a un cine. Pero lo que él no sabía a ciencia cierta, era que Valentina terminaba entre la cama de muchos de ellos. Y la incertidumbre lo acababa. «Es que no hay que ser, sino parecer, argumentaba ella. Y Danilo sufría. Se desesperaba. Llamaba a controlar los horarios de Valentina. Incluso llegó a perseguirla al salir de la oficina. Pero como ella calculaba todo y tenía los sentidos bien afilados, él nunca pudo comprobar nada.

Andaba descuadernado, sin ánimo de nada. Neurótico, histérico, irascible. No podía concentrarse. Y cuando tocaba fondo, llegaba Valentina con tres detalles, lo tranquilizaba y con 3 picos y un te quiero, le devolvía el alma al cuerpo. Y así comenzó un ciclo, más que vicioso. Cuando todo estaba perfecto, ella se alejaba, lo maltrataba y le hacía saber por todos los medios que él no era el centro de su vida, como ella sí lo era para él.

 Hola! Cómo vas? Yo bien. Pensando qué hacer hoy. ¿Qué me vas a invitar? Claro que sí, deli el plan. Pasa por mí a las 9:00.

Danilo la miró a los ojos con cara de sorpresa. No podía creer que ella desarmara de esa manera los planes para esa noche. Sintió cómo la ira lo poseía. Al preguntarle ella le respondió sin el menor remordimiento: Es que no te imaginas lo lindo que Juan Carlos es conmigo, cómo le iba a decir que no. Y se volteó y se fue al cuarto. Mientras miraba qué se ponía, sintió cómo la jalaban del brazo. Danilo la cogió por detrás la puso de frente a él y al grito le dijo:  «Cómo me haces esto! No ves que yo te amo, que muero por ti???????» Y al terminar la frase, agarró a Valentina de ambos brazos con toda la fuerza de su ser, y la sacudió de un lado a otro.

Cuando entró en razón la soltó. Valentina corrio asustada hacia la sala y gritó: «Vete, vete ya!!!! Déjame en paz, y no vuelvas a buscarme nunca más. Olvidate de que existo». Danilo entre apenado y triste intentó hablarle. «Por favor perdóname. Dime qué hago para que me perdones.» Intentó acercarse, y en ese instante Valentina lo corrió de la casa a los empujones.

Salió de ahí hecho mierda. Había hecho mierda a la que había visto como la mujer de su vida. Caminó sin rumbo un rato, hasta que llegó a un bar de mala muerte. Se sentó en la primera mesa vacía que encontró. Pidió una botella de tequila y comenzó a beber. Eras las siete de la noche. Y así, trago a trago, iban pasando las horas, que a su vez incrementaban la tristeza y el dolor.

Miles de vidas – P7

Al llegar a donde Diana, la cordura y sensatez del grupo, Laura se derrumbo. Lloro, lloro y siguió llorando.  Fue así como entre lágrimas y dolor le empezaron a transcurrir los días sin darse cuenta. Los días pasaban y seguían pasando y ella seguía en el mismo lugar en donde había ganado la gran derrota de su vida. Realmente lloraba. Su dolor era ese que solo los desenamorados entienden y que infinitas lágrimas no son suficientes.

Cada día que pasaba ese dolor se mezclaba con aquella humillación y Laura con sus lágrimas se perdía en su propio rencor. La vida le cambio de color y por primera vez, esa princesa que lo había tenido todo y siempre vivió en su mundo perfecto, libre, cómodo, dueña de una lista desmesurada de corazones partidos; toco la tristeza con el corazón.

Ese día gris como todos, le fue imposible negarse a salir con las chicas que habían planeado sacarla de su muerte en vida. Salieron de fiesta y por primera vez desde aquel día, Laura sonrió. Bailaban, tomaban, charlaban, reían.

A eso de las 2am a punto de finalizar su primer día de tranquilidad, le sonó el celular; era Danilo absolutamente borracho. Entre lágrimas le decía que había terminado con Valentina que lo había dejado por otro, que lo perdonara y que se vieran. Rogando le decía que la quería a ella y que solo estaba con Valentina por su belleza.

“¿Perdonarte perro de la gran hija…?” pensó… “ok, calma, esta puede ser mi oportunidad para verlo como un perro sarnoso que es”.  “¿Ok. Donde estas? Le dijo.

Miles de vidas – P6

Danilo entró en el cuarto. Ella sonrió y lo saludó con voz de culpa «Hola mi amor«, él «vístete que alguien te quiere conocer allá afuera» y salió del cuarto. La cabeza de Laura daba vueltas y no solo por el guayabo sino por la cantidad de ideas pensando quien podría ser la persona que afuera la quería conocer. Se vistió con alguna bata de las que Laura no había sacado el día que hizo maletas y se llevó todo, el mismo día que Danilo decidió ponerle fin al martirio que se había convertido su relación.

Atravesó la puerta del cuarto y bajó por las escaleras, mientras bajaba veía a una hermosa mujer, alta como las reinas y con las medidas de una perfecta modelo. Por dentro su envidia comenzó a alterar su corazón, ella era Valentina, la hermosa mujer que Danilo le había presentado a todos sus amigos en común y de la que todos hablaban maravillas.

«Valentina, esta es la ex-novia que fui a recoger anoche, te presento a Laura. La saqué de un bar bastante borracha, agarrada de los pelos con otras tres gatas y queriendo fornicar con el primero que se hubiera querido encartar con ella». Laura histérica gritó: «DANILO, quien es ella y por que le dices todo eso de mi?» – «mira Laura, tranquilizate primero que todo… Tenía que explicarle a Valentina el estúpido motivo por el que me tuve que levantar de su cama a las tres de la madrugada, haberme vestido luego de una noche de pasión exquisita y haber salido al oír el celular… Además Laura, como más que con la verdad podría haberle explicado a Valentina que volví a su casa completamente rasguñado en el cuello» y caminando de un lado al otro por la sala de su apartamento continuó «Tuve que alzarte por que ya no podías ni sostenerte, cargarte hasta mi cama por que claro, a tu casa no te iba a llevar luego de saber que tu papá es ese político corrupto que incriminó al mio en la única cochinada que pudo mezclarlo para que su «perfecta princesita» me juzgara y tuviera argumentos para tratarme como me trataste…. En fin, te solté en mi cama y cuando te sentiste caer me apretaste con tus uñas en mi cuello. Por supuesto ahí quedaron marcadas. Ah y ¿por qué no tienes ropa? pues Laurita el tequila bajado con cerveza siempre te ha caído bastante mal. Vomitaste todo lo que traías puesto en el ascensor del edificio, por supuesto lo dejaste inservible. Así que cuando salgas procura bajar por las escaleras, el olor es infernal».

Llorando y como si le hubieran clavado el corazón con un puñal, Laura había tenido que enfrentar la realidad en el peor de los estados. La sobriedad. Como pudo agarró su cartera y así tal cual había salido del cuarto de Danilo, así salió del apartamento pero completamente destrozada en su interior. Caminaba dando tumbos contra las paredes y bajó las escaleras del edificio como pudo. Salió  como una loca desesperada a buscar un taxi pero en estas fachas ninguno se detuvo.

Sacó su BlackBerry y llamó a otra de sus amigas, Diana. Que vivía a dos casas de allí y por su estatus de novia juiciosa no había salido con el combo la noche anterior.