Miles de Vidas – P 11

Laura llegó a la casa de Valentina, se saludaron con la prevención de saludar a otra arpía. Valentina la invitó a seguir y le preguntó si quería tomar algo. Eran cerca de las 3:30am y no eran horas para andar por la calle, pero aún así Laura se arriesgó y estuvo allí para hablar del único tema que tenían en común: «Danilo». Laura le preguntó a Valentina por qué le había terminado así. Ella respondió «Por tí» y soltó una risa pícara. Laura se asustó y pensó «ahora la barbie salió lesbiana, lo que me faltaba» y Valentina continuó «lo que pasa es que la noche que nos conocimos no me pareció justo todo lo que Danilo te dijo y te hizo» lo que Valentina no sabía era el motivo por el cual Danilo le había hecho esto a Laura.

Laura se moría de amor por Danilo, y a pesar de haber encontrado ya la calma por el rompimiento de su relación, no dejaba de afectarla verlo así. El pobre estaba destrozado, vuelto mierda, restregado por el piso y sin una sola de las oportunidades que le pedía a Valentina. Danilo había proyectado esa relación que fracasó por un increíble error de Laura en la relación que había iniciado con Valentina, lo que él no había analizado era que todo este sufrimiento no era por Valentina como tal sino por Laura, a quien no había dejado de amar y por quien aún se moría. Todas sus lágrimas, todos sus recuerdos, todos esos malos tratos que le había causado a Laura hacían eco día tras día en su mente y en su corazón y ahora lo que él no sabía era como remediar el error de estar con una mujer hermosa como Valentina, pero víbora como ella sola. Su sufrimiento lo carcomía y le quitaba cualquier intento de valentía que pudiera tener.

Esa madrugada no terminaba, Laura le comentó a Valen toda la historia de cómo Danilo la encontró entre el carro de otro, con los calzones abajo y haciendo algo que el trago le había impedido manejar. Ella no quería pero el alcohol la manejaba por completo. La ira de Danilo no se había hecho esperar y por eso buscó ese clavo que le sacara el pasado. Gran error. Valentina apareció en su vida y lo único que le había traído había sido sufrimiento.

Su único error, el único que cometió Danilo fue amarla y no poder olvidarla.

Laura amaneció en la casa de Valentina, habían analizado la situación la madrugada entera en esa sala. Por lo pronto ellas habían podido entender un poco más de lo que por el corazón de Danilo pasó todos esos meses en los que su vida se había vuelto un mierdero. El obró por ira contra Laura pero Valentina tomó parte de una pelea que no debió involucrarse y ni siquiera tenía por que asumir que todo esto que Danilo hacía era por perro o por ser un simple «hijueputa» pues él siempre había actuado consecuente con sus valores.

Juntas decidieron llamarlo a media mañana, querían hablar con él de una forma madura y adulta. Le marcaron una y dos veces, a la tercera ya las comenzó a preocupar, el no era de los que se hacía el digno y no daba la cara. Arrancaron de inmediato para su apartamento, juntas tenían un mal presentimiento de todo esto…

Cuando llegaron vieron que el carro aún estaba en su parqueadero, subieron y con los nervios de puntas no paraban de apretar el botón del ascensor para que subiera más rápido de lo normal hasta el piso 7 en el que Danilo vivía. Salieron del ascensor y corrieron hacia la puerta del apartamento, Laura aún conservaba la llave de su apartamento. Entraron apresuradas y lo que estaban presintiendo juntas se hizo realidad frente a sus ojos. Una nota escrita a mano, como pocos escribimos hoy en día, sobre la cama con sus últimos pensamientos, con sus últimos sufrimientos y esos feos sentimientos de desespero y soledad…

Miles de vidas – P6

Danilo entró en el cuarto. Ella sonrió y lo saludó con voz de culpa «Hola mi amor«, él «vístete que alguien te quiere conocer allá afuera» y salió del cuarto. La cabeza de Laura daba vueltas y no solo por el guayabo sino por la cantidad de ideas pensando quien podría ser la persona que afuera la quería conocer. Se vistió con alguna bata de las que Laura no había sacado el día que hizo maletas y se llevó todo, el mismo día que Danilo decidió ponerle fin al martirio que se había convertido su relación.

Atravesó la puerta del cuarto y bajó por las escaleras, mientras bajaba veía a una hermosa mujer, alta como las reinas y con las medidas de una perfecta modelo. Por dentro su envidia comenzó a alterar su corazón, ella era Valentina, la hermosa mujer que Danilo le había presentado a todos sus amigos en común y de la que todos hablaban maravillas.

«Valentina, esta es la ex-novia que fui a recoger anoche, te presento a Laura. La saqué de un bar bastante borracha, agarrada de los pelos con otras tres gatas y queriendo fornicar con el primero que se hubiera querido encartar con ella». Laura histérica gritó: «DANILO, quien es ella y por que le dices todo eso de mi?» – «mira Laura, tranquilizate primero que todo… Tenía que explicarle a Valentina el estúpido motivo por el que me tuve que levantar de su cama a las tres de la madrugada, haberme vestido luego de una noche de pasión exquisita y haber salido al oír el celular… Además Laura, como más que con la verdad podría haberle explicado a Valentina que volví a su casa completamente rasguñado en el cuello» y caminando de un lado al otro por la sala de su apartamento continuó «Tuve que alzarte por que ya no podías ni sostenerte, cargarte hasta mi cama por que claro, a tu casa no te iba a llevar luego de saber que tu papá es ese político corrupto que incriminó al mio en la única cochinada que pudo mezclarlo para que su «perfecta princesita» me juzgara y tuviera argumentos para tratarme como me trataste…. En fin, te solté en mi cama y cuando te sentiste caer me apretaste con tus uñas en mi cuello. Por supuesto ahí quedaron marcadas. Ah y ¿por qué no tienes ropa? pues Laurita el tequila bajado con cerveza siempre te ha caído bastante mal. Vomitaste todo lo que traías puesto en el ascensor del edificio, por supuesto lo dejaste inservible. Así que cuando salgas procura bajar por las escaleras, el olor es infernal».

Llorando y como si le hubieran clavado el corazón con un puñal, Laura había tenido que enfrentar la realidad en el peor de los estados. La sobriedad. Como pudo agarró su cartera y así tal cual había salido del cuarto de Danilo, así salió del apartamento pero completamente destrozada en su interior. Caminaba dando tumbos contra las paredes y bajó las escaleras del edificio como pudo. Salió  como una loca desesperada a buscar un taxi pero en estas fachas ninguno se detuvo.

Sacó su BlackBerry y llamó a otra de sus amigas, Diana. Que vivía a dos casas de allí y por su estatus de novia juiciosa no había salido con el combo la noche anterior.

Miles de vidas – P1

Ella se levantó de la mesa en la que sus amigas la habían dejado sentada por irse con los primeros estereotipos masculinos que las habían sacado a bailar y, de repente, se dio cuenta que estaba parada en la mitad del bar levantando la mano y cantando a grito herido esa canción que tanto le recordaba a Danilo. Agustina se dio cuenta al otro lado de la pista y sin esperar un solo instante atravesó casi todo el lugar y tomó del brazo a Laura que se quería sacar un clavo esa noche de alcohol con cualquiera que le propusiera lo que fuera.

Jalada por Agustina hasta el baño de las niñas, Laura le gritaba que la dejara que había miles de papasitos en ese bar y que cualquiera podría sacar a Danilo de su corazón. La venganza oscura que ella esperaba ocurriera pero que la vida le iba a cobrar con fuerza esa intensión de olvidar a la fuerza a ese hombre que decía amar.