Miles de Vidas – P8

Valentina era una princesa en apariencia. Hermosa y bien puesta. Pero de dientes para adentro no era más que una mente maquiavélica. Un día en su vida se juró nunca jamás sufrir por un hombre y que todos ellos morirían por ella y con su sonrisa y buenas maneras, lograba su objetivo. Su nueva víctima era Danilo. Era perfecto para su juego. Venía de una relación nada fructífera y se encontraba vulnerable.

Conquistarlo fue fácil Y ella se ufanaba de ello. «Se muere por mí y eso que he hecho el mínimo esfuerzo. Es taaaan promedio», siempre decía a sus amigos entre tragos y charlas. Danilo habría hecho cualquier cosa por ella, era cierto, incluso hasta llegar a humillar a un ser humano, como lo hizo con Laura. Y fue precisamente ese día cuando todo se comenzó a reventar.

Valentina realmente sintió temor de esa persona con la que salía y que parecía no reconocer en esas circunstancias. Ese sábado, al ver la escena, la solidaridad de género se disparó en ella y aunque no conocía a esa ex que llamaba ebria después de la media noche y a quién debía odiar por eso, sintió que debía tomar cartas en el asunto.

Comenzó su plan de venganza silenciosa. Activó sus redes de conquistas, y comenzó a restregárselas en la cara a Danilo. Contestaba llamadas coquetas, salía con uno y con otro a planes «inocentes» como tomar un café o ir a un cine. Pero lo que él no sabía a ciencia cierta, era que Valentina terminaba entre la cama de muchos de ellos. Y la incertidumbre lo acababa. «Es que no hay que ser, sino parecer, argumentaba ella. Y Danilo sufría. Se desesperaba. Llamaba a controlar los horarios de Valentina. Incluso llegó a perseguirla al salir de la oficina. Pero como ella calculaba todo y tenía los sentidos bien afilados, él nunca pudo comprobar nada.

Andaba descuadernado, sin ánimo de nada. Neurótico, histérico, irascible. No podía concentrarse. Y cuando tocaba fondo, llegaba Valentina con tres detalles, lo tranquilizaba y con 3 picos y un te quiero, le devolvía el alma al cuerpo. Y así comenzó un ciclo, más que vicioso. Cuando todo estaba perfecto, ella se alejaba, lo maltrataba y le hacía saber por todos los medios que él no era el centro de su vida, como ella sí lo era para él.

 Hola! Cómo vas? Yo bien. Pensando qué hacer hoy. ¿Qué me vas a invitar? Claro que sí, deli el plan. Pasa por mí a las 9:00.

Danilo la miró a los ojos con cara de sorpresa. No podía creer que ella desarmara de esa manera los planes para esa noche. Sintió cómo la ira lo poseía. Al preguntarle ella le respondió sin el menor remordimiento: Es que no te imaginas lo lindo que Juan Carlos es conmigo, cómo le iba a decir que no. Y se volteó y se fue al cuarto. Mientras miraba qué se ponía, sintió cómo la jalaban del brazo. Danilo la cogió por detrás la puso de frente a él y al grito le dijo:  «Cómo me haces esto! No ves que yo te amo, que muero por ti???????» Y al terminar la frase, agarró a Valentina de ambos brazos con toda la fuerza de su ser, y la sacudió de un lado a otro.

Cuando entró en razón la soltó. Valentina corrio asustada hacia la sala y gritó: «Vete, vete ya!!!! Déjame en paz, y no vuelvas a buscarme nunca más. Olvidate de que existo». Danilo entre apenado y triste intentó hablarle. «Por favor perdóname. Dime qué hago para que me perdones.» Intentó acercarse, y en ese instante Valentina lo corrió de la casa a los empujones.

Salió de ahí hecho mierda. Había hecho mierda a la que había visto como la mujer de su vida. Caminó sin rumbo un rato, hasta que llegó a un bar de mala muerte. Se sentó en la primera mesa vacía que encontró. Pidió una botella de tequila y comenzó a beber. Eras las siete de la noche. Y así, trago a trago, iban pasando las horas, que a su vez incrementaban la tristeza y el dolor.

2 Responses to Miles de Vidas – P8

  1. arawaco says:

    Letras llevadas por realidades de vidas cualesquieras con toques de ficción

  2. Lorena says:

    Resultó guache el hp!!
    A Laura la volvió nada solo con palabas hirientes pero a Valentina le tocó aguatarse el indio que lleva por dentro

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